miércoles, 12 de marzo de 2014

Los otros Ecce Homo

Os presento una escultura de Ricardo Flecha de los años 90, que pude contemplar en una exposición hace un tiempo. Me llamó la atención, poderosamente la atención. De grandes proporciones, el autor presenta a un Jesús sufriente, en el momento en que Pilato, sacándolo al pretorio tras su flagelación y tortura sentencia: “Ecce Homo, este es el hombre”.
Mirando la escultura me vienen a la cabeza rostros, nombres, imágenes… todos miran hacia el cielo esperando una respuesta porque no se aguanta más la mirada sobre la tierra. La imagen de un Jesús descarnado, flaco, herido, humillado y amarrado por el cuello con una cadena de metal, me recuerda a tantos otros hombres y mujeres del siglo XXI que soportan la vida erguidos, pero bajo el peso del dolor.
Ecce Homos descarnados en las vallas para frenar su paso en la vida, Ecce Homos desahuciados y agobiados por los pagos a final de mes, Ecce Homos flagelados por las adicciones, Ecces Homos que se mueren de hambre y de sed, Ecces Homos condenados a prostituirse y convertidos en negocio, Ecces Homos víctimas del poder, del dinero, de la imagen, de lo espectacular, de las leyes, de lo deshumanizador, Ecce Homos como Jesús.
Cuando Pilato afirma “Ecce Homo”, posiblemente sin ninguna intención, acaba proponiendo la gran verdad por excelencia, “Este es el hombre”, el verdadero hombre, sin máscaras, sin engaños, y es en él donde se cumplen las máximas aspiraciones de todo hombre y mujer. Paradójicamente este hombre real se nos muestra así de herido, apartado por el resto de hombres a la periferia de lo existente, y morirá extramuros, de nuevo en la periferia de la ciudad. En las periferias de la vida nos encontramos también con otros Ecce Homos, periferias de las que recientemente hablaba el Papa Francisco.
Hace unos días leía un artículo muy interesante del dominico Martín Gelabert, que a colación de una entrevista en el diario Levante  a Santiago Agrelo, arzobispo de Tanger, reflexionaba sobre la existencia de otras muchas periferias en torno a las que deberíamos pararnos y pensar, sin olvidar que Jesús se identifica con ellas. Jesús no se identifica con los poderosos de ninguna condición, no se identifica con ninguna ideología política, ni se identifica con… (ponle nombre tú); Jesús  se identifica con los pobres, y hay muchos tipos de pobrezas y muchos tipos de periferias. Jesús replantea esta nueva forma de  mirar, de vivir, de hacer crecer su proyecto “El Reino de Dios”. ¿Abrir fronteras para integrar periferias? Es un reto.

 
 



 

 

1 comentario:

  1. Qué razón tienes, Luis. Cuántos "ecce homos" a los que acoger y abrazar. El mundo actual está lleno de personas que necesitan algo: alimentos, compañía, salud... Pero quiero hacer una humilde aportación a lo que has escrito. Muchos de esos "ecce homos" no salen de su situación por el egoísmo, el desprecio o la indiferencia de los hombres, de todos nosotros. Así que propongo una mirada al interior de cada uno de nosotros. ¿Tenemos dentro algo de fariseo, de Pilato, de sayón...? Y no planteo esta reflexión con el objetivo de sentirnos culpables, sino para que, desde nuestro interior y con la ayuda del Espíritu, podamos construir un mundo nuevo basado en la justicia y en la paz. Felicidades por tu blog.

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